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Kirby’s Dream Buffet [REVIEW]

Comen dos, pican cuatro

¡Ahí viene, acá llega rodando! Es el nuevo conejillo de indias de Nintendo para meter tímidamente la cuchara en las nuevas tendencias que se cruzan, y ahora le tocó el turno a Fall Guys, con una pizca de Katamari y otra de Mario Party. Cocinar 40 minutos en el horno (no más, la idea es que quede un poco crudo) y obtenemos Kirby’s Dream Buffet, que se devora en un bocado.

A esta altura, ¿qué género dejó Kirby sin explorar? Además de sus juegos de plataforma en todas las dimensiones, y dentro de las posibilidades para todo público (no lo vemos matando zombies con una escopeta, pero nunca digamos nunca), la bola rosa más tierna y peligrosa del mundo ya tuvo fichines de carreras, pinball, peleas, puzzles, metroidvania y hasta su propio breakout.

Desde la 3DS hasta acá, en particular, hay una clara tendencia de HAL Laboratory de poner a Kirby al frente de una suerte de mini-exploraciones de tendencias, o visto de otra manera, experiencias breves y simplificadas que adoptan fórmulas dominantes del mercado.

Esta vez, la intención de Kirby’s Dream Buffet parece ser la de seguir los pasos de Fall Guys, del cual ya hemos hablado antes. La estructura es la misma: se dan una serie de minijuegos en un mundo flotante en tres dimensiones, quien más puntos obtenga en total será el ganador de toda la competencia.

Algunos de esos minijuegos consisten en llegar al final de una pista, sorteando obstáculos y desequilibrando en el medio a los demás competidores. Otros se tratan de alcanzar un objetivo, sobrevivir y/o combatir al resto de los participantes en un escenario reducido.

Las diferencias más notables, sin embargo, con el juego de referencia es que acá Kirby y sus clones sólo pueden avanzar rodando. El objetivo principal de la carrera es obtener más frutillas que los demás, siendo el beneficio de llegar primero a la meta el poder devorar la bandeja llena de fresas que nos espera. Claro que a medida que nos vamos alimentando, nuestro Kirby se va convirtiendo en una bola mucho más grande y difícil de maniobrar. A pesar de ello, aparecen ciertas ventajas, como poder atravesar más rápido las rampas. También tenemos cajas con power-ups al mejor estilo Mario Kart, pudiendo atacar a los demás jugadores.

Intercaladas, tenemos pantallas más orientadas al combate, que se sienten cercanas a ciertos minijuegos de Mario Party. En general, el foco sigue siendo recolectar la mayor cantidad de frutillas posible, resistiendo los ataques de los rivales mientras el escenario se llena de power-ups. Si nos eliminan, retornamos de inmediato pero perdemos preciadas frutillas en el camino.

Los poderes a obtener en cuestión están inspirados en comida: son poderosos y caóticos, como la habilidad de convertirnos en un tornado de crema, una gelatina, un caramelo con pinches, una piedra de chocolate o incluso prendernos fuego como un pimiento.

La partida tradicional, llamada Gourmet Grand Prix, está estructurada como si fuese un menú completo, con dos carreras, un minijuego y, a modo de plato principal, un combate mal llamado “battle royale”. Esto último en realidad sería más un deathmatch o free for all, pero dejemos al departamento de marketing usar las keywords de moda tranquilos, por favor.

Al final de esta partida, tenemos una secuencia especial en la que podemos obtener frutillas extra si completamos ciertos objetivos inesperados. Estos pueden ser, por ejemplo, el jugador que más tiempo se la pasó flotando. Al igual que sucede al final de una partida en Mario Party, pueden dar vuelta el resultado final, algo potencialmente divertido para algunos y frustrante para otros.

Sin embargo, no es obligatorio jugar un Grand Prix Gourmet completo, ya que podemos seleccionar simplemente jugar una carrera, un minijuego o un battle royale. Ideal para practicar o tener una sesión rápida.


También tenemos un modo llamado Free Rolling, cuyo objetivo es relajarse y practicar los controles. Es un mundo abierto diminuto, y podemos navegarlo como queramos, pudiendo entrenar el uso de los poderes o simplemente explorar.

Todos estos modos pueden jugarse tanto en solitario como con amistades, de forma online o local. Para ello, hasta dos personas pueden usar la misma consola, o bien pueden ser cuatro usando consolas distintas.

Además contamos con dos secciones extra: Colección de Dulces, en la que vamos decorando una torta con piezas que obtenemos jugando. La otra es Disfraces y Colores, donde podemos cambiar nuestra apariencia con trajes y paletas que obtenemos de la misma forma. Si queremos saber en qué orden vamos a recibir las distintas Recompensas, podemos pispear el menú correspondiente, donde una silueta nos da la pista.

Y… eso es todo. Kirby Dream Buffet no es una experiencia compleja y llena de contenido. Su misión es la de ser un party game ambientado en el mundo de la bola rosa y lo cumple con buena nota. Pero no le pidamos mucho más que eso. La temática de comida que envuelve toda la estética es interesante y se ve muy bien. Además es fiel a la marca, pero a la vez hace repetitivos los escenarios, que terminan viéndose todos iguales.

Todas las actividades que Kirby’s Dream Buffet presenta nos dejan con ganas de más. Como si todos fuesen hilos (de caramelo) de los cuales podría haberse tirado con más fuerza para encontrar algo con mayor sustancia. Un poquito más de tiempo en el fuego, digamos.

De todas maneras, nos alegra ver que HAL siga experimentando y que Nintendo no se haya olvidado de Kirby en su trigésimo aniversario, dándonos junto a Kirby and The Forgotten Land dos fichines para celebrar este cumple. Ah, y una torta gigante. [i]


DESARROLLADO POR: HAL Laboratory
DISTRIBUIDO POR: Nintendo
GÉNERO: Plataformas, Carreras, Pelea
DISPONIBLE EN: Nintendo Switch

QUÉ ONDA: Kirby vuelve rodando con otro spin-off experimental, con alma de party game, en una experiencia que entretiene, pero no llena.
LO BUENO: Apto para toda la familia, multijugador local y online, posibilidad de jugar los modos por separado, múltiples recompensas y trajes, visualmente logrado, precio razonable.
LO MALO: El minijuego se decide en forma aleatoria y no se puede elegir, modo sandbox desaprovechado, escenarios repetitivos, poca rejugabilidad, le faltó un golpecito de horno.

Este análisis de Kirby’s Dream Buffet se realizó a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.

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