Leon S. Kennedy lo hace de nuevo (y mejor que nunca)
En mi ranking personal, como en el de muchos, la segunda parte de esta saga siempre estuvo a la cabeza, tanto la original como el excelentísimo remake de 2019. Esto parecía un hecho inamovible, más cuando la versión 2020 de Resident Evil 3 no fue mala, pero quedó un poco lejos de la reedición de Resident Evil 2. Y ahora, es el viejo y querido Leon Scott Kennedy quien vuelve a elevar la vara en Resident Evil 4 Remake, con el mejor trabajo de recauchutaje de Capcom hasta la fecha.
Es raro que alguien no sepa de qué va Resident Evil 4 Remake, más cuando el original dio a luz innumerables memes y frases célebres (¿cómo olvidar el clásico, en dudoso acento español, “detrás de ti, imbécil”?). Pero vamos a hacer un resumen rápido, pensando en los más pequeños.
Resulta que una secta, con bajos estándares de higiene personal, rapta a la hija del presidente de los Estados Unidos. Se hacen llamar “Los Iluminados” y están instalados en una zona rural de España. El rescate es “endosado” al buen Leon que, luego de sobrevivir al incidente de Raccon City, es reclutado como agente especial del gobierno.
Así, la pista lo conduce a una aldea donde, recientemente, desaparecieron varias personas. Y, como era esperable de un muchacho que parece atraer incidentes de terrorismo biológico, la cosa no tarda en torcerse. Los locales actúan bajo el influjo de un parásito, que los convierte en descerebrados siervos del líder del culto. Y basta que Leon curiosee un poco para que todos los lugareños quieran matarlo, de las peores formas posibles.
De esta forma comienza la aventura para rescatar a la hija del presidente, con mil complicaciones y giros, la mayoría de ellos esperables. La historia del original estaba buena, pero tampoco era una locura en complejidad. Aquí se mantiene, pero con el condimento de dar más desarrollo y matices a los personajes secundarios. Esto, sumado a las nuevas secciones —aun cuando se eliminaron otras—, hace que el resultado final se perciba como una mejora sustancial, aun sin haber tocado la esencia del relato.
Leon fue al neurólogo
La historia mejoró con las modificaciones que mencionamos, pero la jugabilidad… ¡Mamma mía! ¡Es exquisita! El original, con su particular cámara en tercera persona, marcó el terreno para otros grandes juegos dentro del género, como Dead Space o The Evil Within. Pero la “sintonía fina” que recibe el gameplay de Resident Evil 4 Remake es muy superadora.
Hoy por hoy, sería una locura que la vieja restricción de no poder caminar mientras se apunta siguiera vigente. Por suerte, en este sentido no quedan rastros de aquella limitación neurológica de Leon. Pero, por más loco que parezca, quizá sea el menor de los cambios positivos.
Por empezar, lo que antes era un buen gunplay, ahora se convirtió en uno excelente. El diseño y feel de cada arma es extraordinario: el sonido, la animación, la representación de los impactos en los enemigos. Es adictivo, al punto que es imposible resistirse a un “new game plus” para seguir repartiendo plomo.
Más y mejores cambios
Por otra parte, el uso del cuchillo cobra mucha más importancia que en cualquier otra entrega. No solo sirve para atacar cuerpo a cuerpo, sino que ahora tiene una función de parry en extremo útil. Con esta arma, Leon puede desviar casi todos los ataques enemigos, incluso los proyectiles.
Para más, desviar un ataque cuerpo a cuerpo, en el instante perfecto, aturde al enemigo. Esto deja abierta la posibilidad a que nos acerquemos y le peguemos patadas, remates, acuchilladas… sabemos lo bienvenida que resulta cualquier acción que en un survival horror ahorre munición.
Adicional a esto, ahora el cuchillo también cobra fundamental importancia en una nueva mecánica de sigilo. Tal como lo leen, podemos acercarnos agachados a nuestros enemigos y finiquitarlos por la espalda. Si bien esto se implementa de una manera muy ligera, las secciones donde podemos hacer uso no son muchas, así que no se notan demasiado las deficiencias.
Cero estrellas en TripAdvisor
Si en el original nos sentíamos acorralados, ahora la sensación de desesperación es mayor. A pesar de las bondades de movernos mientras disparamos —y la nueva mecánica de parry—, el contrapeso es una mayor cantidad de enemigos, con mejor comportamiento.
Como contrapartida, si bien la cabeza les funciona mejor que en el original, no esperen una inteligencia artificial brillante. En ocasiones se quedan trabados o dejan de perseguirnos, por motivos que escapan a cualquier razonamiento. Incluso, en muchas secciones, permanecen impávidos mientras volamos cabezas a la distancia. Lo cual nos hace preguntar si son sordos o simplemente poco solidarios con sus compañeros.
En la mayoría de los casos, el ritmo, el excelente diseño de los mapas y la buena sensación en lo jugable disimulan estos puntos flacos. Incluso hay cambios en los enfrentamientos con jefes, algunos para mejor, otros para peor, pero que redundan en un balance muy positivo.
Por otra parte, agregaron misiones secundarias o encargos, que nos alientan a revisitar zonas del juego. La idea no está mal, incluso desdibuja un poco la percepción de linealidad del desarrollo. Pero ocurre que estas tareas son pedorrísimas, del tipo “rompé 5 medallones” o “matá 5 ratas”. Hay algunas que apenas escapan de la mediocridad, y son aquellas que piden eliminar enemigos especiales (que hacen las veces de mini-boss). Peor tampoco vayan a pensar que son para tirar fuegos artificiales de la alegría. Al final, se termina sintiendo como un relleno artificial que nos abulta un 20% la duración del juego. El principal motivo para completarlas termina siendo las jugosas recompensas, útiles para conseguir platita o elementos para mejorar nuestro equipo.
Hello Stranger!
En relación con “la platita” (pesetas, en este caso), vuelve el Buhonero: un NPC que hace las veces de mercader, con un olfato para el conflicto increíble. Ni hablar de su capacidad para teletransportarse donde la demanda esté caliente, algo haría morir de la envidia al propio perrito Droopie.
Este nos ofrece nuevas armas, mejoras, reparaciones, una galería de tiro —para obtener recompensas en forma de bonificadores— y un nuevo sistema de venta de alhajas. Esto último permite vender tesoros y joyas que recolectamos o looteamos de los enemigos. Al mismo tiempo, en lugar de vender todo de manera individual, podemos elevar el precio combinando y engarzando distintas piedras preciosas. Un sistema simple, pero que suma.
Por último, algo que tiene que ver con la carga que llevamos a cuestas. Capcom metió un cambio en el viejo sistema de inventario, donde ahora combinar objetos es más claro y los ítems de misión no ocupan lugar. Además, los baúles de almacenaje ahora son reemplazados por las máquinas de escribir (donde guardamos las partidas). Pero ojo, que podemos almacenar armas, pero no munición ni objetos tales como granadas. Este cambio, pese a que es más cómodo y el espacio se puede ampliar mucho, nos lleva a pensar y administrar mejor el inventario.
Despelote técnico
En lo técnico, Resident Evil 4 también se luce. Los escenarios son más abiertos que el original, pero no por ello pierden el clima opresivo. No importa si es de día o noche, si el cielo está despejado o diluvia: la sensación lúgubre nunca mengua. En espacios cerrados, la menor escala no pierde en espectacularidad, gracias a diseño y efectos de iluminación.
En este aspecto, probamos la versión de PS5, que permite seleccionar de forma individual la resolución, trazado de rayos, oclusión ambiental y otros, con su correspondiente impacto en los cuadros por segundo. Esta división es genial y ojalá todas las versiones de consola tomaran el ejemplo. Dicho sea de paso, ya que mencionamos la plataforma, se aprovechan muy bien las bondades hápticas del DualSense, incrementando notablemente la inmersión.
En cuanto al aspecto sonoro, se agradece muchísimo el nuevo doblaje, ahora realizado por excelentes actores que no podemos asegurar que sean españoles, pero al menos saben imitar el acento. Los efectos de sonido contribuyen a la fantástica jugabilidad que antes mencionamos. Y la música, le pone el plus de emoción o intriga necesario, con una OST notable.
¡Contenido descargable, imbécil!
Como un detalle agridulce, tengo que decir que el modo “Mercenarios” aún no está disponible, será agregado de manera gratuita más adelante. Y quizás más amargo es aún no saber nada de “Separate Ways”, el DLC protagonizado por la rompecorazones Ada Wong que, sospechamos, será contenido adicional de pago.
Pese a esta falta, haciendo absolutamente todo lo que propone Resident Evil 4 Remake, terminar el juego les llevará unas 20 horas. Hay contenido para un buen rato y, quitando los rellenos medio pelo de misiones secundarias, la experiencia es intensa e insuperable a cada minuto. Si, con la segunda parte, Capcom escribió el manual de como se hace un remake, con esta entrega tiene que sacar una nueva edición. Imperdible para todo el mundo. ¡Viva Las Plagas! [i]
DESARROLLADO POR: Capcom
DISTRIBUIDO POR: Capcom
GÉNERO: Survival horror
DISPONIBLE EN: PC, PS5, Xbox Series X|S, PS4, Xbox One.
QUÉ ONDA: A la fecha, el mejor remake de la saga.
LO BUENO: Un gunplay extraordinario. Mejor desarrollo de personajes secundarios. Delicia técnica en todo apartado. La ambientación y el diseño de los mapas. Opresivo, vertiginoso y adictivo. Cambios magníficos en el combate, como el uso del cuchillo. La mejor gestión de inventario de la saga.
LO MALO: La mecánica de sigilo es una buena idea, pero tendría que estar mejor implementada. La inteligencia artificial hace agua bastante seguido. Las misiones secundarias que apuntan a revisitar zonas del juego.
Este análisis de Resident Evil 4 Remake fue realizado a través de un código de PS5 provisto por sus desarrolladores.
Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
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