Madre hay una sola… por suerte
En Othercide, la mística y enigmática Madre Roja — la mejor guerrera que jamás haya existido— da una batalla eterna contra las fuerzas del Sufrimiento. Esta última es una entidad horrorosa —y, a juzgar por sus esbirros, fan de Lovecraft— cuyas garras asfixian a la humanidad desde el inicio de los tiempos.
A pesar de su inigualable pericia en el combate, los interminables años de enfrentamiento hicieron estragos en la Madre Roja. Ya no puede combatir de manera directa, con lo cual recurre a una excelente idea: sacrificar a sus hijas.
Si se quejaban de cuando mamá los mandaba a hacer compras, después de leer esta review la llamarán y le pedirán perdón. Cretinos.
Déjennos clarificar un poco lo que dijimos en el comienzo. En realidad, más que “hijas”, lo que tenemos a disposición para luchar contra el Sufrimiento son una especie de clones de la Madre Roja. Esto queda claro porque la inseminación se efectúa a través del uso de unos puntos obtenidos al realizar misiones. Y, excepto por el peinado de las niñas, todas lucen idénticas entre ellas.
Como era de esperar en un táctico por turnos, disponemos de diferentes clases. En este sentido quizás se sienta un poco limitado, porque sólo son tres. Un “tanque” que utiliza escudo y alabarda; otra equipada con espada, orientada a causar mayor daño y —por último y equipada con dos pistolas— la clase de ataque a distancia.
Pese a esta sobriedad, por no decir pobreza, el sistema de progresión nos permite habilitar una buena cantidad y variedad de habilidades, según la clase. Y aquí encontramos el primer punto muy interesante del videojuego. Luego de unas partidas, nos damos cuenta que el núcleo de toda la estrategia tiene que ver con la manipulación de la línea de tiempo.
La táctica en Othercide
En resumen, en la línea de tiempo vemos representado qué tan pronto actúa cada personaje, tanto enemigos y aliados. Cada vez que una tropa se “activa” para actuar, pasa a ser el “cero” o, dicho de otra manera, el punto de inicio de este eje temporal.
En consecuencia, vemos representado de manera gráfica al resto de los personajes, ubicados en la línea de tiempo. Su orden lo determina un valor numérico, que representa qué tan alejada se encuentra su activación del momento actual.
Por otra parte, en todo este despelote, debemos tener en cuenta que las acciones más poderosas son las que necesitan mucho tiempo para “cargarse”. Un tiempo que excede el turno del propio personaje.
Así, la idea es planificar estas acciones poderosas y lentas junto con otras habilidades. En particular, aquellas que pueden manipular el orden de activación de los personajes, tanto para retrasarlos como para acelerarlos.
Si bien parece muy complicado, bastan media docena de misiones para agarrarle la mano. No vamos a profundizar mucho más para no agobiar pero, además de esto, hay más elementos que afectan al desarrollo de la táctica.
Por ejemplo, tenemos libertad de decidir utilizar todos los puntos de acción por turno de una unidad. Pero, en caso de usar sólo la mitad de ellos, nuestro próximo turno será más temprano en la línea de tiempo. Como pueden ver, si bien la manipulación de los turnos es la estrategia central, las tácticas involucradas son muy ricas y variadas. Y, lo mejor de todo, es la satisfacción que sentimos cuando alcanzamos los resultados deseados.
Feliz día, mamá
Pero esto no es lo único que Othercide hace de manera original y excelente. Ya sabemos que es un táctico por turnos, condimentado con una ambientación de horror. Esta ambientación se profundiza con una imagen de videoclip darkito, en casi exclusivo blanco y negro, cortado ocasionalmente por intensos objetos rojos.
Pero falta un costado del que no hemos hablado y tiene que ver con una mecánica roguelite. Los franceses de Lightbulb Crew, sus desarrolladores, no olvidan la frutilla del postre.
Resulta que vamos a fracasar y es necesario que lo hagamos, para eventualmente ganarle la pulseada al Sufrimiento. Cada ciclo que malogramos significa volver a empezar, pero no desde cero. Arrastramos con nosotros la experiencia ganada, las bonificaciones y la progresión de nuestras hijas.
Pero no es todo. Durante cada campaña, nuestras hijas no sólo mueren a manos de nuestros enemigos, sino que también nosotros tomamos la decisión de sacrificarlas. Sí, así de horrible, pero en Othercide no existen ni poderes, ni tratamientos o descansos que curen a nuestras tropas.
Así, la única forma de que una hija recupere su salud es sacrificando la vida de otra de igual o mayor nivel de experiencia. Así como lo leen, una hijaputez total. Disculpen nuestro francés.
Por supuesto, existen mecanismos para revivirlas, sea cual fuere la causa de su deceso, pero esto requiere de un recurso escaso, con lo cual la muerte nunca puede tomarse a la ligera.
Othercide: conclusión
Claro que no todo es color de rosa blanco, negro y rojo, Othercide tiene varios aspectos negativos. Quizás lo que más destaca es la escasa variedad de clases. Además, pese a tener una estética estupenda, su casi exclusiva monocromía tiende a resultar pesada a la larga.
Lo que más lamentamos es la desaprovechada ambientación, tan propicia para despacharse con una excelente narrativa y lore. Si bien lo “inefable” es parte de la “magia”, no terminamos de entender un corno y, para disimular, decimos “es re onírico, loco”.
Pese a esto, los distintos condimentos de este gran videojuego lo hacen único. Es imperdible para los fans del género táctico. Eso sí, no se lo regalen ni lo jueguen con mamá. No vaya a ser cosa que aprenda una o dos estrategias exitosas. [i]
DESARROLLADO POR: Lightbulb Crew
DISTRIBUIDO POR: Focus Home Interactive
GÉNERO: Táctico por turnos, Roguelite
DISPONIBLE EN: PS4, Xbox One, Windows, Nintendo Switch (próximamente)
QUÉ ONDA: Un táctico por turnos con condimentos que lo hacen muy particular.
LO BUENO: La ambientación. El diseño, tanto de personajes como de escenarios. Las mecánicas roguelite. La manipulación de la línea de tiempo. La combinación de habilidades. La satisfacción cada vez que logramos una combinación exitosa de habilidades.
LO MALO: Oportunidad desaprovechada para contar una buena historia o desarrollar lore. La estética es genial, pero a la larga cansa. Disponemos solo de tres clases de personaje.
Este análisis de Othercide fue realizado a través de un código de PC provisto por sus desarrolladores.
Gustavo Sobrero, alias El Cenizas, es Secretario de Redacción de [IRROMPIBLES] y fundador de la Iglesia Savathûnista. ¿Tienen dos minutos para que les hable de Savathûn, que es el Camino y la Salvación? Pueden seguirlo en Twitter (@ElCenizasWTF) y en Instagram (@el_cenizas).
- CALIFICACIÓN80%