Si les gustó la primera entrega, probablemente la segunda les va a encantar. Caso contrario, denle una oportunidad a esta secuela que con un estilo retro y nuevos modos de juego busca ganarse un lugar en nuestro corazón.

Apocalipsis, desolación, supervivencia y sacrificios. El final llegó y nos agarró en el baño sin papel higiénico. Overland no perdona, pero nos da el contexto para flashear una road movie a pura supervivencia, en medio de una invasión alienígena.

RAD es un roguelite “post-post apocalíptico”. No, no es un error de tipeo, pegamos dos apocalipsis, uno atrás del otro, al precio de uno. Después de este dato, ¿no hace falta un ADN para saber que el padre es Double Fine, verdad?