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Xbox Cloud Gaming: guía para sacarle el máximo provecho y triunfar en la nube

Probamos a fondo el sistema de juego en la nube de Xbox y les contamos todo lo que necesitan saber

Todos y todas teníamos la esperanza de que, algún día, el servicio de Xbox Cloud Gaming llegue al país, pero nunca de que aterrice de una forma tan sorpresiva. Porque el pasado jueves 9 de junio, Xbox finalmente lanzó su sistema de juego en la nube en Argentina (y Nueva Zelanda) así de sopetón y sin aviso previo.

Pero, ¿por qué tanta alegría? ¿En qué consiste el sistema de Cloud Gaming? ¿Cómo funciona? ¿Tenemos que hipotecar la casa para adquirirlo? ¿Qué accesorios o consolas necesitamos? ¡Tranquilos micos!, porque este fin de semana estuvimos internados probando a fondo sus características y acá les traemos todos las respuestas a sus interrogantes.

Empecemos por lo básico.

¿Qué es Xbox Cloud Gaming?

Es un servicio de juego en la nube que permite jugar a más de 100 títulos para consola, pero por streaming. Esto quiere decir que no necesitamos una consola de videojuegos de última generación para disfrutarlos, porque el procesamiento lo realiza Xbox desde sus servidores (lo llamado vulgarmente como “el Netflix de los fichines”). Lo único que precisamos es una plataforma donde recibir video, conexión a internet y un joystick.

¿Cómo accedemos a Xbox Cloud Gaming?

Para usar el servicio de Cloud Gaming necesitamos tener una suscripción de Game Pass Ultimate —y además residir en un país que tenga habilitado el servicio, pueden saber cuáles son acá: TIKI—. La suscripción, al día de hoy, tiene un valor de $899 (pesos argentinos) por mes; pero si son usuarios nuevos, pueden contratar el primero por $39. Pueden encontrar más info de Game Pass acá: TIKI.

¿Qué necesitamos tener para usar Xbox Cloud Gaming?

Además de la suscripción a Game Pass Ultimate, necesitamos tres cosas básicas. En primer lugar, una plataforma que reciba el video y mande la señal a los servidores. Esta puede ser una consola Xbox (Series o One), un dispositivo mobile (Android o iOS, tablet incluído) o una PC (puede ser Apple también).

Luego, necesitamos de una “decente” conexión a internet, aunque depende mucho del tipo de juego, sus características y si tiene funciones online o no. Lo recomendado es tener un mínimo de 20 Mbps, usar una red Wi-Fi de 5 GHz o, mejor aún, una conexión cableada Ethernet para evitar altibajos.

Por último, es fundamental tener un joystick para… bueno, poder jugar los juegos. Para eso, en principio la plataforma que utilicemos necesita tener Bluetooth 4.0 o posterior (a menos que conectemos el control vía cable). Si tienen la suerte de poseer un joystick de Xbox, mejor, pero no es excluyente: Cloud Gaming también anda, por ejemplo, con controles DualShock 4. Acá tienen una lista de todos los controles verificados por Microsoft que andan: TIKI.

Creo que con eso ya tenemos todo lo básico cubierto. Si precisan más info, siempre pueden acceder acá (TIKI) para sacarse dudas más específicas. Ahora sí, pasemos al análisis detallado de cada plataforma.

Nota importante: todos los testeos fueron realizados mediante una conexión hogareña de 300 Mbps, con Wi-Fi de 5 GHz. Tenganlo en cuenta porque el rendimiento puede (y va a) variar dependiendo del tipo de conexión que cada persona disponga. Voy a ir detallando, en el caso de que sea pertinente, cualquier cambio o alteración de configuración eventual.

En consola

El primer testeo lo realicé utilizando al peso pesado de Microsoft: la moderna Xbox Series X. Un detalle a tener en cuenta, es que a la consola la tengo conectada con cable Ethernet, por lo que la conexión es mucho más estable y rápida.

Prendido el aparato, lo primero es entrar a la aplicación de Game Pass para seleccionar el juego. Arranqué con algo básico, para no forzar demasiado el sistema de entrada, eligiendo Hollow Knight. Iniciado el juego, hay una pequeña pantalla de carga donde se prepara el entorno ( que varía según el título, en este caso no fue muy larga, sólo de unos segundos).

Lo primero que noté, obviamente, es la definición. A diferencia de la salida 4K como es habitual en la Series X, el juego no estaba ni cerca de verse a tal magnitud. Cloud Gaming alcanza una resolución máxima de 1080p a 60fps, siempre y cuando nos de la velocidad de internet. En mi caso, apenas si llegaba a 1080p en algunas breves secuencias, viéndose la mayor parte del tiempo a menor resolución, posiblemente 720p.

Sin embargo, Hollow Knight no se veía mal en absoluto. El rendimiento era sorprendentemente fluido, y respondía casi a la perfección. Lo único que me llamó la atención fue un pequeñíiiiiiisimo input lag, que no llegaba a afectar el gameplay, pero ahí estaba.

Para la siguiente prueba fuí un escalón más arriba en la exigencia, y abrí Doom Eternal, con la intriga de ver cómo respondía ante un juego tan delicado en términos de respuesta como es un shooter, y en un entorno 3D. La respuesta me dejó con la boca abierta, porque Doom corrió como la seda. No noté input lag, de hecho funcionaba mejor que Hollow Knight. Claro que, en retribución, la definición a veces pegaba pequeños bajones eventuales, pero era jugable de principio a fin sin problema.

Esto me llevó a forzar el sistema aún más, así que el siguiente testeo le tocó a Dragon Ball FighterZ. Porque si hay algó más delicado que los shooters, son los juegos de pelea.

Acá simplemente me puse de pie y me saqué el sombrero, porque el fichín funcionaba ES-PEC-TA-CU-LAR. La resolución y fps apenas si tenían caídas, viéndose casi siempre a 1080p. Lo más importante es que la respuesta del control era inmediata, sin lag ni omisión de inputs. Claro que para una partida competitiva profesional no es lo más adecuado, pero para el juego casual, era perfecto.

Siguiendo con el tironeo de rendimiento, el siguiente en la lista fue Flight Simulator. Acá hubo varios detalles interesantes para destacar. Primero, que la carga del juego fue rapidísima, incluso más que con el juego instalado. Lo segundo, que al tratarse de un videojuego pesado que demanda mucho de procesamiento, se cobró el esfuerzo con la resolución, que apenas si llegó a 720p, con imágenes algo blureadas y pixelados locos aquí y allá. Ojo, no se veía mal como para preocuparse —y la respuesta del control era inmediata—, pero visualmente sí fue el que más me hizo notar la diferencia con la versión instalada.

Y tercero y último detalle, cuando quise probar el nuevo paquete de Top Gun, tuve que esperar a que el juego “descargara e instalara” el DLC, por más de que estaba jugando en la nube, y que no se me estaba instalando nada en mi consola. Ya voy a volver a esto más adelante, pero recuerden esta curiosidad.

Finalmente, la prueba de fuego, era testear qué pasaba si intentaba jugar un fichín bien pesado, en la nube, en modo online. Era hora de Forza Horizon 5.

El juego tardó aproximadamente 1 minuto en cargar el entorno, y luego entró sin problema. Obtuve el control del auto, y noté un poco de input lag (nada muy grave) y una resolución que no llegaba a 1080p. Acto seguido, busqué una carrera online, y entré en la competición. Acá empezó lo interesante. La respuesta del control bajó un escalón más —sobre todo al principio—, hasta que se volvió a acomodar.  También hubo algunos saltitos de resolución, porque al estar corriendo con el auto a alta velocidad, la renderización del entorno tiene que ser más veloz, y le provocaba tironeos de procesamiento. Hacia la mitad de la carrera, me saltó un cartel que la conexión no era lo suficientemente estable, y me sacó de la carrera.

¿Y qué tul?

No puedo más que dar un veredicto positivo a la experiencia de Cloud Gaming en una consola Xbox Series. Si bien hubo algunos bajones de definición, fps, e input lag —mayores o menores según el juego— ninguno llegó a un punto de ser injugable. Me sorprendió la fluidez con la que anduvo, y la rapidez con la que inicializaba los juegos.

Sí hay que resaltar que, si su objetivo es jugar títulos multiplayer, entonces se van a topar con un problema, porque a menos que tengan una conexión altísima de internet, el sistema no se los va a permitir. No por mucho tiempo al menos.

Si tienen el privilegio de poseer una Xbox Series en su hogar, Cloud Gaming es ideal para probar títulos y sacarse la intriga antes de gastar tiempo (y espacio) en bajarlos. Sobre todo si tienen una Series S, cuya capacidad de almacenamiento no es muy extensa. Es una gran forma de disfrutar juegos pesados —como Flight Simulator— sin tener que borrar toda la biblioteca de su consola. Pero el punto fuerte está en los usuarios de Xbox One, que ahora pueden acceder a todos los lanzamientos next-gen, sin necesidad de vender un órgano para comprarse otra consola. Golazo de media cancha.

En PC

Si hay algo que siempre torturó mi afán coleccionista y mi espíritu gamer, es que nunca, jamás en mi vida, tuve una PC gamer. Así que esta fue la primera oportunidad que tuve de sentirme parte de esta comunidad y abrazar (falsamente) el sentimiento de Master Race. Con una notebook que apenas puede correr fichines como Limbo, me dispuse a probar la magia.

Hay dos formas de lanzar Xbox Cloud Gaming en PC: desde la app nativa de Xbox, o desde un navegador compatible. Si están utilizando una máquina de Apple, entonces sí o sí tienen que hacerlo desde el browser, entrando a esta web: TIKI.

En mi caso, abrí la app y me dispuse a probar los mismos juegos que había jugado en la consola. Empezando por Hollow Knight, la experiencia fue en efecto muy similar, con algunas pequeñas diferencias. Visualmente era parecido, pero puedo afirmar que al estar jugando a través de la pantalla de una notebook (en vez de una tele), los bajones de definición se disfrazaban mejor.

Sin embargo, en contraposición, sí apareció un problema nuevo: el screen tearing. En TODOS los títulos que lancé, llegué a experimentar ese efecto de imagen partida con bastante frecuencia. Aunque es probable que esto se haya debido a que la PC estaba conectada mediante Wi-Fi, y no por cable como la Xbox.

El input lag siguió siendo muy bajo, y casi inexistente cuando volví a poner Dragon Ball FighterZ, que volvió a destacar como el más óptimo en su rendimiento.

Para sentirme aun un más orgulloso miembro de PC Master Race, inicié Sniper Elite 5, para poder disfrutar de un shooter con teclado y mouse. Pero luego de varios minutos intentando sin éxito configurarlos, me estrellé de cabeza con la sorpresa de que Cloud Gaming no soporta teclado y mouse. Tampoco pude probar juegos como Humankind, o Age of Empires, porque claro, los juegos habilitados para la nube son los de consola.

¿Y qué tul?

Me atrevo a decir que, luego de la Xbox One, la PC es la segunda plataforma ideal para utilizar Cloud Gaming. Con una pantalla/monitor de tamaño justo que no llega a ser tan grande para evidenciar los desperfectos visuales, ni muy pequeña como para quedarnos ciegos, su fácil portabilidad (en el caso de una notebook), y el hecho de que mucha gente tiene una en su casa, la convierte en el dispositivo por excelencia.

Con excepción del screen tearing, la fluidez fue tan similar y grata como en consola. Es aconsejable, en la medida de lo posible, conectarla mediante cable de red, pero si no se puede, con Wi-Fi va como piña (manténganse cerca del router).

El hecho de que no sea compatible con teclado y mouse, y que no estén disponibles los juegos exclusivos de PC, no son casos aislados. Sin confirmación oficial de Microsoft, me atrevo a señalar que lo que sucede tras bambalinas cuando iniciamos Cloud Gaming, es que el servidor crea una consola virtual de Xbox, que es la que procesa los juegos que nos envía por streaming. Y al ser una consola (virtual, pero consola al fin), no tiene acceso a los títulos de PC, de la misma forma que no reconoce el teclado.

¿Recuerdan la curiosidad que mencioné sobre Flight Simulator, y como me obligó a “descargar e instalar” contenido? Bueno, era por eso: la instalación se realiza en la consola virtual, no en nuestra plataforma física que utilicemos.

En mobile

Por último, pero no por eso menos importante, le llegó el turno al teléfono celular y/o tablet. En nuestro caso utilizamos un aparato Android, a través de la aplicación de Xbox Game Pass, pero también puede hacerse desde el navegador entrando al mismo sitio que antes: TIKI. Eso sí, si tienen un iPhone, entonces sí o sí van a tener que acceder desde el browser.

Antes de lanzar Cloud Gaming desde el celu, es importante emparejar el joystick, para no andar luego saliendo y volviendo a entrar. Si usan un control de Xbox, la configuración es inmediata: activan el Bluetooth, ponen a sincronizar el joystick, y listo.

Iniciada la aplicación de Game Pass, la primera diferencia la encontramos con que existe una categoría de juegos recomendados para mobile, y otra con función táctil.

Teniendo en cuenta que la pantalla esta vez era mucho más pequeña, me concentré en títulos con una menor carga visual. Abrí Unpacking (cuac), el cual ya había ganado en consola, y me llevé la primera sorpresa positiva: en un instante, reconoció que tenía un save en algún lado del metaverso, lo cargó, y me dejó continuar la partida como si nada. Unpacking se veía precioso, no sólo por el pixel art, sino porque al ser un dispositivo mucho más pequeño, su pantalla condensada favorece la resolución y disimula cualquier salto gráfico.

El testeo siguió con varios fichines más, hasta que inevitablemente llegó la hora de probar al imbatible Dragon Ball FighterZ. Una vez más, la calidad visual era impresionante, pero al comenzar un combate me di cuenta de que estaba teniendo un grave problema de input lag. ¿La causa? El exceso de conectividad.

A diferencia de plataformas como una consola o PC, el smartphone puede verse afectado más fácilmente si está manteniendo varias conexiones simultáneas inalámbricas, con lo cual lo ideal —mientras se pueda— es apagar el Bluetooth, y usar el joystick mediante cable USB.

Al hacer eso, el input lag desapareció por completo y pude mantener una sesión de juego mucho más estable.

¿Y qué tul?

Xbox Cloud Gaming vuelve a sorprender por lo bien que funciona, incluso en mobile, donde la experiencia es más limitada, sí, pero más estable visualmente por las características de su pantalla.

Tras probar en primera instancia los títulos que tienen control touch, debo decir que la experiencia con este formato táctil no es la más placentera. Es ideal si nos encontramos en un lugar sin joystick (y con Wi-Fi) y queremos matar el tiempo con algo sencillo. Como en un turno médico, por ejemplo. Pero fuera de eso, aconsejo evitarlo y utilizar joystick.

Algo importante a destacar es que, si bien Cloud Gaming permite utilizarse mediante una red móvil, no es recomendable. Además de que los datos se consumen como aguinaldo en navidad, Xbox sólo lo aconseja con señales de 5G, servicio que en Argentina por el momento es inexistente —sumado a otros problemas como que el cambio de antena puede interrumpir la conexión—.
Fuera de esos detalles, el dispositivo mobile es una gran plataforma para utilizar el servicio, siempre y cuando sea en sesiones cortas que no nos haga explotar los ojos. Porque además, es por lejos la de más fácil acceso para la mayoría de la gente.

En conclusión

Que Xbox Cloud Gaming haya llegado a Argentina es motivo de celebración, y que ande tan bien es razón suficiente para ir al Obelisco a festejar. Si bien no es el primer servicio en ofrecernos juego en la nube —ese fue el querido y extinto GLOUD, mientras que PS Now y Stadia siguen brillando por su ausencia—, sí es el único en brindarnos tan extenso catálogo, con una fluidez abismal y con tan pocos requerimientos. Todas las pruebas realizadas salieron mejor de lo que esperaba, no podría pedirle más.

Tengamos en cuenta que el juego en la nube es un proceso mucho más complejo que mirar una serie por streaming, en el cual el servidor hace un trabajo unilateral al enviarnos los datos de video y audio y listo. Acá, tenemos que recibir esa señal, ejecutar una interacción, enviarla de nuevo al servidor, que a su vez tiene que procesar esa información, ejecutarla, enviarnos la respuesta de nuevo, y así sucesivamente. Todo en el instante.

Claro que sólo instalando un juego obtenemos los mejores resultados, como video HDR, respuesta sin lag, resolución 4k hasta 120fps, y sesiones online sin problema. Pero las ventajas de jugar en la nube son demasiadas, empezando por no tener que depender de una consola next-gen para acceder a los títulos más exclusivos.

A pesar de estar en estado Beta, Cloud Gaming rinde más que un guiso de lentejas en pleno invierno. Y todavía tiene muchos planes para seguir mejorando en el futuro cercano. Próximamente, el 30 de junio para ser más exactos, Microsoft lanzará una aplicación nativa de Xbox para smart TV de la marca Samsung —en principio sólo para modelos 2022, aunque seguramente luego se amplíe a versiones más antiguas, y de otros fabricantes—, donde se podrá utilizar Cloud Gaming directo desde la tele. Por otro lado, prometen a fin de año permitir jugar en la nube a juegos que hayamos comprado (y que no estén en Game Pass).
También se prevé la compatibilidad con teclado y mouse, algo para lo cual ya están trabajando, y esperemos que también la posibilidad de jugar títulos de PC. [i]

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