Matar a Zeus, plantar un árbol, tener un hijo
Las manos de la muerte no pudieron derrotarlo. Las hermanas del destino no pudieron detenerlo. Y sus enemigos no vieron el final del día. Es Kratos, y está de vuelta en otra interpretación libre de una mitología, esta vez la nórdica, con un cambio de enfoque que consigue obtener el mejor perfil del espartano hasta el momento.
Para los que recién llegan a esta saga, es importante que sepan quién es Kratos: un pelado de genitales extradimensionados que supo cargarse él solito (bueno, con un poco de ayuda aquí y allá) a todos los dioses griegos. Ex-soldado de Esparta, Ares le hizo una jugarreta que lo convirtió en el asesino de su propia familia. Kratos comenzó así un largo camino de venganza, en el cual terminó convertido en el nuevo dios de la guerra (limpiando al anterior) y finalmente descubrió que Zeus era su verdadero padre, lo que no lo detuvo a la hora de eliminarlo junto a otros miembros del Olimpo.
Mucho tiempo después, esta nueva aventura nos coloca en los zapatos de un Kratos envejecido, atormentado por su pasado y aprendiendo a contener su ira característica. Con la destrucción de su hogar de proveniencia, se encuentra exiliado en el reino nórdico, tratando de mantener un perfil bajo.
Recién enviudado, Kratos queda a cargo de su hijo Atreus, con quien tiene una relación casi nula. Ambos comparten ahora un objetivo en apariencia simple: cumplir el último deseo de su esposa y esparcir sus cenizas en el pico más alto del reino. Pero si algo aprendimos es que nada es tan sencillo en la vida de este espartano, por lo que junto al niño van a vivir una aventura llena de peligros y momentos padre-hijo de lo más incómodos.
Al comienzo de la aventura, Atreus es un chico introvertido. Equipado con arco y flecha, tiene muy poca experiencia en cacería y cero en combate. Atreus desconoce por completo el origen de su papá y, por ende, los detalles de su propia naturaleza, ya que Kratos prefiere mantenerlo en secreto, y piensa hacer hasta lo imposible para se mantenga así.

Santiago Figueroa, alias Morton, fue durante unos años el Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Ahora es padre y vive en otro continente. Es fan de Sonic. También sabe hacer juegos y pelis. Pueden ver sus locuras en YouTube, o por Twitch, o vigilarlo por Twitter como @aliasmorton.
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