Sinfonía de chirridos
Bueno, gente, Trump dijo que los fichines provocan violencia, así que basta de andar por ahí bajando zombies a balazos o arrancando la columna vertebral de nuestro adversario ninja. Mejor juguemos Songbird Symphony, un adorable juego de exploración en la que un ave rechoncha debe encontrar a su verdadera familia mientras recrea melodías y se hace amigo de un huevo a medio nacer. ¡Yey!
¿De qué se trata Songbird Symphony?
Songbird Symphony es una aventura musical en la que encarnamos a Birb, un ave súper simpaticona que busca la verdad detrás de su origen. En el camino, Birb va incorporando nuevas notas musicales que le permiten reproducir melodías cada vez más complejas.
Estas melodías son la clave para resolver los distintos puzzles rítmicos que vamos encontrando en nuestro sendero. Casi siempre se tratan de obstáculos o elevadores que necesitamos desplazar, y para ellos tenemos que emular su patrón musical siguiendo el ritmo, de la misma manera que lo haríamos en juegos del estilo de Guitar Hero.
Para reproducir estas notas, tendremos un botón asociada a cada una. No sólo son clave para superar pruebas de ingenio, sino también para combatir a los jefes de cada escenario.
Chirp chirp
Cada mundo cuenta con su combate final, en el que nos enfrentamos a los comandos que el personaje nos solicita para acompañarlo en su melodía. La idea de estos duelos es emular los clásicos musicales de Disney, e incluso vamos a ver en pantalla, a modo de karaoke, la letra que se supone que están cantando, aunque verdaderamente no la escuchemos.
Es que acá reside el principal problema del fichín: ninguno de los personajes tiene voz, sino que cada sonido está representado por un chirrido cuál tiempos de 8 bits.
Esto que, por un rato es original y amigable, se vuelve extremadamente repetitivo en cuestión de minutos. Incluso avanzar entre diálogos para ser recibido al final de cada uno con un “piriín”, “pururún”, “truiiín” y otra clase de sonidos del estilo puede cansar con sorprendente celeridad.
En fin… volviendo a los comandos musicales, no hace falta estar frente a un puzzle o enemigo para accionarlos, podemos hacer música en cualquier momento e incluso descubrir así ciertas notas musicales secretas.
Ah, claro, no les contamos: escondidas en los distintos mundos existen varias corcheas que, a su vez, pueden desbloquear las puertas de algunos pasillos extra. Para ayudarnos a encontrarlas todas, podemos consultar nuestro diario, donde también almacenamos plumas, otro ítem coleccionable, e incluso identificamos a qué ave pertenecen (en el caso de que nos topemos con esa información).
Como el ave Fénix
Songbird Symphony es breve, pero no por eso menos valioso. Su protagonista es una ternura, en el contexto de un mundo adorable hecho con gráficos dibujados a mano… o en el Paint… o cualquier método rústico que hayan usado, pero que sin duda logra su efecto.
Como no podía ser de otra manera en un juego cargado de tanta dulzura y simpleza, no hay forma de perder, ni recibir daño, ni ningún otro aspecto negativo. Incluso podemos no tocar ningún botón durante el “duelo” con los jefes y aún así vamos a “vencerlos”, porque la única progresión que el juego pretende es que aprendamos a tocar melodías más complejas y nos volvamos expertos en empujar cajas. Claro, si es que la física nos lo permite, porque la cantidad de bugs que encontramos intentando correr una simple caja sobre una plataforma (de maneras no esperadas por el juego) son incontables.
Conclusión
Songbird Symphony tiene en sus manos una idea que vale oro, la de combinar plataformas con juego rítmico. Lamentablemente, su ejecución no permite disfrutarlo de la mejor manera. Aún así, se trata sin duda de una propuesta tierna y original, para toda la familia. Por lo que si pueden tolerar sus peculiares decisiones sonoras, no duden en acompañar a Birb en esta aventura musical.
Y ahora nos vamos, silbando bajito… [i]
DESARROLLADO POR: Joysteak Studios
DISTRIBUIDO POR: PQube Games
GÉNERO: Plataformas, Rítmico
DISPONIBLE EN: PlayStation 4, Xbox One, Nintendo Switch, PC
QUÉ ONDA: Esta tierna aventura logra demostrar que las plataformas y el juego rítmico se pueden combinar, aunque no sin fallar en varios aspectos de su ejecución.
LO BUENO: Idea original, un mundo bien logrado lleno de ternura y color, mundos bien segmentados, varios coleccionables para explorar.
LO MALO: El sonido chirriante puede volverse cansador muy rápido, los combates con jefes son innecesariamente complicados para un juego tan sencillo en otros aspectos, varios bugs en colisiones.
Este análisis fue realizado a través de un código de Nintendo Switch provisto por sus desarrolladores.
Santiago Figueroa, alias Morton, fue durante unos años el Jefe de Redacción de [IRROMPIBLES]. Ahora es padre y vive en otro continente. Es fan de Sonic. También sabe hacer juegos y pelis. Pueden ver sus locuras en YouTube, o por Twitch, o vigilarlo por Twitter como @aliasmorton.
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